ZAPATERO

¿QUIÉN es Zapatero y cómo ha marcado el destino de España?

Zapatero fue el que distanció al PSOE de la socialdemocracia europea y creó escuela en la izquierda. Llegó al poder en extrañas circunstancias, enarboló el talante para engañar a todos con una falsa moderación, vinculó la democracia con el gasto social, recuperó la parte más intestina del discurso izquierdista a través de Franco, del guerracivilismo y el anticlericalismo, marginó al PP con el pacto de Tinell y el blanqueo de Bildu, cambió nuestra alineación internacional de Washington-Londres a La Habana-Caracas, y nos sumimos en la decadencia e irrelevancia tras su incompetencia diplomática y la nefasta gestión de la crisis de 2008, que de la mano de Solbes derivó en el mayor recorte público de la historia democrática del país en 2010 (unos 15.000 millones de euros). Nos enfrentó con sus leyes ideológicas y cainitas, nos llevó a Planes E fracasados de gasto estatal desmesurado, hizo alianzas de civilizaciones estrafalarias con el mundo islámico, y sembró las semillas ideológicas para que Podemos, el tentáculo del Foro de São Paulo en Europa, se extendiera con efectividad años después aprovechando la legítima coyuntura de descontento social ciudadano tras tantos años de bipartidismo estancado y corrupto.

Así pues, Zapatero marcó un antes y un después en nuestro país, y ahora la continuación de su linea política es llevada a cabo por una coalición de socialistas y comunistas apoyada en nacionalismos periféricos egoístas y dañinos. Un frente que muy bien podría presidir el propio Zapatero sin cambiar nada. Nuestro país transita a día de hoy una deriva cada vez más autodestructiva en lo territorial y empobrecedora en lo económico. Con el comunismo dentro de los gobiernos, una anomalía aberrante dentro de la Unión Europea, somos un país donde la izquierda domina de forma férrea la mayor parte de los medios de comunicación, las universidades públicas, las calles, los sindicatos y la buena parte de la escasa sociedad civil que subsiste.

Esta socialdemocracia obsoleta, tan afín a los planes globales de las élites planificadoras y tan hostil con posiciones contrarias a sus tesis (por poco está prohibido manifestarse como liberal, de derechas o conservador), no da respuesta a los problemas que ellos mismos generan con sus políticas. Y son problemas de una importancia decisiva y trascendental para la subsistencia, no ya de España, sino de la cultura y la civilización occidental.

Vemos por ejemplo cómo la inmigración ilegal aumenta sin control (y es poco menos que tabú hablar de ella). Cómo el Islam, una religión y sistema político totalitario cuya naturaleza no alcanza a comprender el occidental medio, también gana espacio, poder y relevancia (especialmente en los países más socialdemócratas como Suecia, Bélgica o Francia).

Vemos cómo los desequilibrios económicos estatales, de gasto insaciable e impuestos en niveles de infierno fiscal. son un lastre serio para el emprendimiento, el crecimiento y la prosperidad de las empresas. Opresión y falta de libertad que irá a más conforme se implanten las monedas digitales.
Vemos respuestas políticas ideológicas ineficaces y equivocadas, que enquistan unos niveles de desempleo altísimos, que se ceban en especial con los más jóvenes.
Vemos cómo se hipertrofia el gasto de la industria política.

Vemos el avance de la ideología neo-feminista y de género, que pretenden adentrarse en la mente de los niños en las escuelas, y de las leyes de adoctrinamiento histórico, para asegurarse de que su narrativa falseada del pasado se consolide en las futuras generaciones.

Vemos una ingeniería social y una estructura mediática a pleno rendimiento, destinadas a fortalecer un marco de realidad consensuado y único, impuesto y en consonancia con el socialismo.

Vemos cómo han convertido al europeo (ya no sólo al español), con su sermón social y buenista, en un ser infantilizado y alejado de la realidad más cruda que predomina fuera de los fortines occidentales. Y podemos percibir a diario, como resultado de ello, una sociedad muy intolerante a nivel ideológico, que estigmatiza toda postura que se salga de la linea editorial dominante.

En esta España de hoy, donde discrepar es molesto, donde ser conservador es sinónimo de ser un fascista, donde ser liberal está tan estigmatizado, hay que preguntarse cómo hemos llegado hasta aquí. Urge una concienciación colectiva de donde estamos, de cuales son las enfermedades que nos afijen y que amenazan nuestra existencia como país.

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Extracto de "Disidencia Activa, Manual contra la Dictadura Progre", Capitán Bitcoin, 2022.

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